Telas de Tama
A fines del siglo XII, en la zona actual de Hachioji, en el extremo occidental de Tokio, se fabricaban dos telas de seda conocidas como tatefán de Takiyama y tatefán de Yokoyama.
Sin embargo, hacia finales del periodo Muromachi (1392-1573), Hojo, que se había trasladado a la zona, animó a la población local a desarrollar la artesanía y se estableció un centro de producción. Con el aumento del entusiasmo por algo nuevo, después de la Restauración Meiji en 1868, el progreso tecnológico transcurrió rápido y los tejidos Tama se basaban en los desarrollos individuales que se hicieron en ese momento.
Las telas Tama tienen un nombre genérico para varios tejidos diferentes. Además de un tejido de tapicería complejo llamado kawari tsuzure, hay telas de hilo lisos teñidos y pretorcidos, así como sarga y tejidos de satén más complejos. Muchas de las telas, que pesan poco y no se arrugan fácilmente, se utilizan para kimonos y otras prendas tradicionales. Aunque las telas son elegantes y prácticas y tienen un comportamiento tradicional, esto está cambiando. Recientemente, han aparecido varias telas nuevas y finas, que son modernas y a la vez novedosas, y que se basan en lo que únicamente se puede lograr con una tela hecha a mano.
Características
El Tama ori consiste en las siguientes seis técnicas: Omeshi-ori, Tsumugi-ori, Fuutsu-ori, Kawaritsuzure y Mojiri-ori. Aunque el Tama ori se utilizó tradicionalmente para producir artículos modestos del día a día, recientemente mediante la introducción de diseños frescos y refinados, nuevas texturas y técnicas modernas, los métodos siguen produciendo telas impresionantes que mantienen sus tradiciones básicas hechas a mano.
Cómo se crean
Omeshi-ori utiliza hilos de seda previamente teñidos o refinados en un tejido simple, de sarga, de satén o variable. Después de la torsión inicial, se frota el polvo de helecho o el pegamento de arroz en el hilo de la trama. Después, se giran a la derecha y luego a la izquierda en una máquina tradicional de torsión de hilo de seda Haccho nenshiki. Después de tejer los hilos resultantes, se masajea la tela en agua caliente para eliminar las arrugas y después se estira horizontalmente y se cuelga para finalizarla.
