Los orígenes de esta artesanía se remontan a principios del siglo XVII y las habilidades tradicionales de carpintería que se pueden ver en el Santuario Hijiri de Osaka y el templo Shiteno-ji. Poco a poco, durante el siglo XVIII, los travesaños se introdujeron principalmente en las casas de los comerciantes no solo por razones prácticas de ventilación e iluminación, sino también como un elemento decorativo capaz de elevar la calidad del espacio interior, especialmente en las habitaciones donde se recibiría a los invitados.

Hay muchos tipos de travesaños. El tallado intenso de un tipo ayuda a sacar las mejores cualidades del grano de cedro especial Yaku con el que se fabrica. En otros, se logra un equilibrio maravilloso entre el grano de paulownia y el trabajo abierto en el diseño. Algunos son simplemente barras o una repetición de un elemento, otras son cuadros. Otros no son mucho más que un marco, pero todos son piezas de decoración con una función. A pesar de la disminución del número de casas tradicionales que se están construyendo, fabrican mamparos y marcos para fotos que son muy especiales para el interior de la casa japonesa.