Faroles de piedra de Izumo

Tottori Shimane

Izumo Ishidoro se ha hecho durante cientos de años a partir de una arenisca local que se formó a partir de cenizas volcánicas. Durante el periodo Edo (1600-1868) Matsudaira Naomasa, el señor local, reconoció el valor de esta artesanía y colocó la piedra bajo un monopolio. A partir de ese momento, la piedra se usó también con arquitectónicos. Desde finales del siglo XIX, las piezas de piedra para jardines y hogares se han considerado arte en piedra y son conocidas en todo Japón.
Al ser una piedra finamente texturizada, se están produciendo algunos trabajos realmente buenos con curvas sutiles y suaves. Además de tener una buena coloración, los faroles y otros objetos hechos para uso en el exterior se mezclan con sus alrededores a medida que se crea una apariencia envejecida con el crecimiento de musgo en las superficies de la piedra. Además, la piedra resiste bien los extremos de temperatura y resistirá la prueba del tiempo. La existencia de una pieza que data de principios del siglo XVII lo atestigua.

Características

Dado que la piedra utilizada para los faroles está hecha de granos finos muy apretados, puede usarse para hacer faroles elegantes, suaves y agraciados. Además de tener un bonito color natural, este tipo de piedra recoge el musgo rápidamente, adquiere una pátina de antigüedad y se mezcla bien con el entorno natural. Además, es altamente resistente al frío y al calor y aguanta muy bien el clima, como lo demuestran las numerosas obras de la era Tokugawa que aún permanecen en la actualidad.

Cómo se crean

Las formas se crean en cada ubicación mediante herramientas como hachas, picos, etc. para crear un equilibrio con corpulencia, pendientes y líneas rugosas. Las decoraciones y los grabados se realizan con un cincel para crear un efecto de "relieve". Finalmente, en lo que respecta al acabado de superficie, la superficie de la piedra se hace lisa, granular, con forma de piel de tiburón o piedra áspera utilizando herramientas especiales.

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